martes, 16 de julio de 2013

Palabra de Dios


En mi ultimo viaje a Madrid encontré, junto a la Plaza de Santa Ana, este modesto edificio, sede en España de la Iglesia de la Cienciología (se ve que esto de las religiones da una rentabilidad digna de Bárcenas).
En un primer momento me pareció una llamada del cielo, que lo había puesto en mi camino como señal para enderezar el rumbo de mi vida. Y de paso el vuestro, compañeros Carrozas, porque últimamente me teneis muy preocupado con vuestras andanzas disolutas y pecadoras.  Estuve tentado de entrar y pedir textos sagrados  que forjaran  vuestro carácter y os recondujeran por una vida de santidad. Incluso, si necesario fuera, las correspondientes hojas de afiliación, que los “cienciologos” estaban dispuestos a dar todo tipo de facilidades, tal vez por aquello de lo que le gusta al padre la vuelta del hijo pródigo. Pero luego pensé que para qué vamos a meternos en andanzas de falsas religiones, cuando no nos creemos ni siquiera la nuestra, única cierta y verdadera.
Otra vez será, pero tendremos que ir planteándonos el tema de la misa diaria, la contricción sincera y el golpe de pecho, que la procesión ha sido larga y el cirio va resultando corto. ¡Te alabamos señor!

No hay comentarios:

Publicar un comentario