viernes, 24 de julio de 2009

Mi madre

Versión definitiva (por ahora)


Volviendo a la conversación que tuvimos hace pocos días, me sigo planteando el camino a seguir en la cosa esta de la fotografía. Como se puede comprobar cada vez que nos reunimos, seguimos en el análisis superficial de las fotos, donde lo que se valora es la "calidad", el "momento", la "oportunidad", la "profunidad de las sombras" o el "me gusta". Por lo general, detrás de las fotos no suele haber nada. Ni ideas, ni proyecto, ni intentos de reflejar una visión del mundo determinada (salvo muy honrosas excepciones).
Por eso, ahora estoy trabajando en otro tipo de fotografia, en la que me planteo la superposición de imágenes, la construcción de otra realidad en la que se acumulan datos sobre lo que quiero expresar, aún a riesgo de que el producto resultante no sea estrictamente fotografía (o mejor dicho, que no sea considerada estrictamente fotografia por los defensores de la regla de los dos tercios y demás dogmas fotográficos). Añado la foto original de mi madre (fotografia sin mezclas, que publiqué en "Diario de un prejubilado" el 8 de junio) para ampliar la idea. En ella pretendía explicar lo mismo que en la otra: esa soledad de la mujer que se enfrenta a la muerte y que no es capaz de explicarse el sentido de los ochenta y tantos años anteriores. A mi, que sé a qué me refiero, el sentido de la foto me queda claro, pero en el collage me queda más claro. Allí está representada la familia, el proyecto de vida que ella se había montado para su hija, el paso del tiempo, etc,... A lo mejor no es una foto en sentido estricto, pero, qué coños, me gusta.