sábado, 4 de mayo de 2013

Espills per a comunions

Los usos sociales, como los designios del Señor, son inescrutables, y, así, en un país en el que se calcula que apenas un 20% de la población son católicos practicantes, las bodas civiles duplican a las religiosas y la mayoría de los niños nacen ya fuera del matrimonio, llega el mes de mayo y surge un fervor eucarístico, en mi opinión más motivado por la costumbre que por las creencias. De hecho, en Vila-real, el niño de 8-9 años que en estas fechas no tomara la primera comunión se convertiría en un paria social. Y no digamos la madre,que espera tam solemne ocasión para lucir galas.
Pero el letrero de la foto ("Alquilem espills per a comunions") me ha dejado sumido en la perplejidad y he tenido que consultar a mi consejera de costumbres locales. Parece ser que el espejo tiene un papel muy importante en "el manifest" previo a la comunión. Se exponen a la curiosidad de familiares, amigos y vecinos los regalos que ha recibido el comulgante, pero sobre todo se expone el traje (o trajes) que el niño / la niña lucirá en la ceremonia. Y es esencial que se puedan apreciar los detalles por delante y por detrás. A esos efectos se coloca a la espalda del maniquí un espejo ad hoc, que permita apreciar los detalles traseros. ¡Está todo inventao!

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