Obra de Fontcuberta sobre el 11-S de 2001. La imagen está compuesta de miles de fotografías de victimas y reportajes sobre el suceso.
Queridos Karrozas, he de reconoceros que, a raiz de la visita a Arlés, me he quedado un tanto colgado por las ideas que surgieron allí. Sigo rebuscando en Internet y no dejo de encontrar ideas y debates sobre eso que tantas veces hemos discutido en petit comite: ¿qué esta pasando con la fotografía? ¿quienes somos? ¿a dónde vamos? ¿qué nos ha pasado? Os incluyo un enlace al articulo
Por un manifiesto postfotográfico , recientemente publicado por el ínclito Fontcuberta en La Vanguardia de Barcelonam que os recomiendo leer con atención. Como anticipo, recojo aquí su decálogo.
Decálogo posfotográfico
¿Cómo opera la creación radical postfotográfica? Esta sería una propuesta plausible expresada de forma tan sumaria como tajante:
1º Sobre el papel del artista: ya no se trata de producir obras sino de prescribir sentidos.
2º Sobre la actuación del artista: el artista se confunde con el curador, con el coleccionista, el docente, el historiador del arte, el teórico... (cualquier faceta en el arte es camaleónicamente autoral).
3º En la responsabilidad del artista: se impone una ecología de lo visual que penalizará la saturación y alentará el reciclaje.
4º En la función de las imágenes: prevalece la circulación y gestión de la imagen sobre el contenido de la imagen.
5º En la filosofía del arte: se deslegitiman los discursos de originalidad y se normalizan las prácticas apropiacionistas.
6º En la dialéctica del sujeto: el autor se camufla o está en las nubes (para reformular los modelos de autoría: coautoría, creación colaborativa, interactividad, anonimatos estratégicos y obras huérfanas).
7º En la dialéctica de lo social: superación de las tensiones entre lo privado y lo público.
8º En el horizonte del arte: se dará más juego a los aspectos lúdicos en detrimento de un arte hegemónico que ha hecho de la anhedonia (lo solemne + lo aburrido) su bandera.
9º En la experiencia del arte: se privilegian prácticas de creación que nos habituarán a la desposesión: compartir es mejor que poseer.
10º En la política del arte: no rendirse al glamur y al consumo para inscribirse en la acción de agitar conciencias. En un momento en que prepondera un arte convertido en mero género de la cultura, obcecado en la producción de mercancías artísticas y que se rige por las leyes del mercado y la industria del entretenimiento, puede estar bien sacarlo de debajo de los focos y de encima de las alfombras rojas para devolverlo a las trincheras.
Los puntos fuertes de este decálogo (nueva conciencia autoral, equivalencia de creación como prescripción, estrategias apropiacionistas de acumulación y reciclaje) desembocan en lo que podríamos llamar la estética del acceso. La ruptura fundamental a la que asistimos se manifiesta en la medida en que el caudal extraordinario de imágenes se encuentra accesible a todo el mundo. Hoy las imágenes están disponibles para todos. El crítico Clément Chéroux escribe: “Desde un punto de vista de los usos, se trata de una revolución comparable a la instalación de agua corriente en los hogares en el siglo XIX. Hoy disponemos a domicilio de un grifo de imágenes que implica una nueva higiene de la visión”. Ejemplifica magistralmente esta estética la obra de Penelope Umbrico. En el proceso para realizar Suns from Flickr, 2006 (www.penelopeumbrico.net/Suns/Suns_Index.html), una de sus piezas más populares, explica que un día sintió el impulso de tomar la foto de una romántica puesta de sol. Se le ocurrió consultar cuántas fotos correspondían al tag sunset en Flickr y descubrió que disponía de 541.795 apetitosas puestas de sol; en septiembre del 2007 eran 2.303.057 y en marzo del 2008, 3.221.717 (lo miro en fecha 12/2/2011 y son 8.700.317). Sólo en Flickr y sólo en un único idioma de búsqueda, el grifo proporciona un magma multimillonario de puestas de sol ¿Tiene sentido esforzarse en tomar una foto adicional? ¿Aportará algo la que nosotros hagamos a lo que ya existe? ¿Vale la pena incrementar la contaminación gráfica reinante? Umbrico responde que no, no y no. Y entonces se lanza a su particular cruzada ecologista: bajará de Flickr 10.000 puestas de sol que reciclará en un mural con el que tapiza los muros de un museo. Obviamente eso solivianta la candidez de los usuarios de Flickr, que se ponen en pie de guerra: “Abuelita, ¡qué motores de búsqueda tan afilados tienes!” “¡Son para prescribirte mejor!” Lo postfotográficamente chistoso es que si hoy buscamos sunset en Flickr aparecen las composiciones de Umbrico o las fotos que los visitantes toman en sus exposiciones. Su gesto simbólico se revela inútil: la contaminación cero no puede ser y además es imposible.