En su día tuvimos que explicarle a la generación de nuestros padres que la España que nos habían fabricado era una mierda. Durante años creímos haber mejorado la cosa, pero al final del viaje comprobamos que, por otros caminos, por otros motivos, tampoco hemos acertado demasiado y que las cosas se nos desmoronan entre las manos. Así que los jóvenes han tenido que salir a la calle a pedirnos, de momento más o menos educadamente, que les dejemos tomar el relevo, que ya hemos metido bastante la pata. Pero ahí está esa niña del dedito en la boca: algún día tendrá que hacerles la misma petición a los bailarines. Si no, al tiempo.
sábado, 28 de mayo de 2011
Bailad, bailad, malditos
En su día tuvimos que explicarle a la generación de nuestros padres que la España que nos habían fabricado era una mierda. Durante años creímos haber mejorado la cosa, pero al final del viaje comprobamos que, por otros caminos, por otros motivos, tampoco hemos acertado demasiado y que las cosas se nos desmoronan entre las manos. Así que los jóvenes han tenido que salir a la calle a pedirnos, de momento más o menos educadamente, que les dejemos tomar el relevo, que ya hemos metido bastante la pata. Pero ahí está esa niña del dedito en la boca: algún día tendrá que hacerles la misma petición a los bailarines. Si no, al tiempo.
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En efecto, Fernando. Mi nieta ya no se chupa el dedo pero a sus dos años y siete meses, me salió el otro día de su habitación con una pancarta que decía: " Iaio, democracia real ¡ya!"
ResponderEliminarLe dije: si cariño, ahora cuando Camps devuelva los 3 billones de pesetas que debe, nos comprarán "quarta i mitja" de democracia real.La niña al oir lo de los billones se echó a llorar. Vió su futuro universitario en Barracones como si hubiera pasado lo de Lorca. La consolé con unas natillas que le gustan mucho. Ahora ya rie porque no ha oído a Font de Mora con lo del trilingüismo. Se lo oculto de momento para que no llore más.