martes, 25 de junio de 2013

A vivir, que son dos días

Después de la soleada foto de Ripo, subo esta, más oscura, más melancólica, del viejo cementerio de Castellón, al que me gusta ir de vez en cuando a pasear. Llamadme triste, lamadme cenizo, llamadme morboso, pero me parece un lugar muy recomendable para la fotografía. Y para la reflexión sociologíca, observando cómo han ido cambiando la literatura y la estética  funeraria o la actitud ante la muerte a lo largo de los años, o, como en este caso, intentar descubrir la trayectoria vital de una familia de finales del siglo XIX, con esa sucesión de generaciones en las lápidas.

1 comentario:

  1. Si quieres te llamamos triste, cenizo y morboso, pero el cementerio es un lugar que te hace reflexionar y que, como tu, he fotografiado muy a menudo, sobre todo quizás porque tenemos gente querida en esa tierra.

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