Nos acompañó en el almuerzo de ayer y, como no podía ser de otra forma, agradecimos su presencia y su conversación. En mi caso, es una de esas personas con las que durante años (Castellón es así: está lleno de caminos paralelos) pierdes el contacto pero con las que sigues unido por lazos afectivos indisolubles. Desde la época del bachillerato, nos volvemos a encontrar cuando los hijos cumplen cuarenta años (¡¡¡maldición!!!) y retomamos el hilo de la relación sin mayor problema. Decíamos ayer... Lógicamente, aprovechamos que es uno de los primeros especialistas del pais en temas ferroviarios y el TRAM y la Panderola estuvieron sobre la mesa. Vuelve cuando quieras, Juan.
Suscribo la invitación de Fernando.
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