Con una constancia digna de mejor causa, seguimos reuniéndonos semanalmente, sin más bajas que las de los viajeros impenitentes, los que tienen visitas de clientes a deshora o alguna cita médica de esas que se sabe cuando empiezan pero nunca cuando acaban. Sentados en el centro de esa concentración de jubilados y ancianitos que es la plaza de Santa Clara, la tertulia comenzó con una puesta en común de lamentaciones, maledicencias e insultos a los diferentes miembros del gobierno del Estado, con especial mención a su presidente. Luego, el maestro Manolo Cruzado aprovechó pra impartir doctrina.
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