Aprovechando mi proverbial falta de obligaciones, he estado en el pantano revisando el estado de los accesos al aliviadero del pantano. Dejo aquí el documento fidedigno de las trabas que la Confederación Hidrográfica del Jucar ha puesto a nuestras posbilidades creativas. Esta es la puerta que nos mantiene fuera del paraiso y eso que el angel de la espada flamígera no sale en la foto por haberse ido a tomar un café. Aún así, hice un intento de saltar la valla, pero Anna se puso especialmente pesada, al grito de "No hagas el gilipollas, que te vas a romper la cadera". Me desanimó, he de reconocerlo. .
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