En la primera parte, nuestro carroza segundo acaba de hacer "peiset" o lo que es lo mismo, acaba de meter el pié dentro del agua, ya sabeis el zapato y el calcetín mojado, la humedad que sube por el camal del pantalon y las risas de circunstancias.
En la segunda parte, no hay mal que por bien no venga, ya no tiene problema ninguno para vadear ese horrible charco.
Es un defecto de toda la vida, que no he conseguido corregir: me meto en todos los charcos.
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