Muchas veces hemos comentado el desconocimiento total que tienen las generaciones actuales de la España de hace unos años, que aún está ahí mismo, a la vuelta de la esquina. Cuando la higiene, los congelados, la protección al consumo era ciencia-ficción y los españolitos de a pie salimos a dos o tres indigestiones o dirreas a la semana.
En la foto, el carro de la carne, encargado de distribuir a las carnicerías locales la carne que se mataba en el matadero municipal. Era un personaje habitual en las calles de Castellón durante mi infancia y me imagino que estuvo en funcionamiento hasta finales de los años cincuenta. Lo manejaban dos empleados municipales que yo siempre asocié, no se por qué, con circunstancias fúnebres. Vestían gorra de plato y guardapolvo, grises los dos. Iban calzados con alpargata blanca y el guardapolvo estaba completamente manchado de sangre. Cuando llegaban frente a una carniceria, abrían el furgon, se cargaban una canal de vaca a la espalda y salían dejando un rastro de gotas de sangre en la calle.
Tercer mundo propiamente dicho.
Muy buena Fernándo. Me acuerdo perféctamente del carro dichoso que provocaba diarreas sin fín que se curaban con Tanagel. ¿Cual era entonces el índice de mortalidad infantil?. Mejor no saberlo
ResponderEliminar